sábado, 20 de noviembre de 2010

Random Sass

Vamos a empezar con un círculo, un circulo donde empiezo matando a mi heroína sin pensarlo tanto, para luego empezar a revivirla con recortes y fragmentos esparcidos con desengaños y varias quitaditas del camino que le han pegado, me contengo y respiro, ahí va : la simpleza de Bruno era algo para resaltarle mucho, siempre es bello resaltar cosas así cuando hay tanto reflejo descuidado con la empatía  y la cordialidad y todo eso para lograr la socialización correcta(él no era el primero, pero si el último por el que escribió) ella siempre le tuvo que sacar las palabras, a veces hasta con pinchazos de su dedo índice.
 
-No hay caso.

La tristeza se le manifestó con un santiamén de brutalidad que ni ella se explicó, quebrando el vaso con café, mientras miraba el cruce de las baldosas, ella sabía que tenía que conseguir comparaciones para esa simpleza.
Como si soplara una flor de león sentía que los defectos más atrayentes que tenía se le iban con cada pedacito, también los ejemplos que la naturaleza le daba para comparar su rara obsesión con los niños de ojos grandes y sus insignificancias que la desequilibraban tanto.

-él me miró cuando lo vi dibujar, hace tiempo ya, y eran horribles las maluqueras que me daban cuando me acordaba de eso y que de todas formas no se daría cuenta de que me gusta mucho mirarlo.

-Me comparó una vez con el nacimiento de una mandrágora en su corazón cada que me veia ..  y cuando una vez le pedí que repitiera un sonido que me hizo por teléfono, en ese momento quería verla.

Claramente perdió el norte y en donde gastaría su última bala.

Convencerlo de que le contara sus historias adornadas y sus comentarios misántropos y alargados (No estupidos o aburridos) era la parte más divertida, él se había convertido en los alacranes de su cabeza. La ternura de Bruno significaba para ella imaginarse un ornitorrinco colocando sus garras venenosas en la barriguita de un koala o como la imagen de la osa polar, su cría y la desventurada foca.

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Y se inundó