jueves, 5 de enero de 2012

Mi Hora


Dejando atrás los estados larvales, los aplastamientos de las pulgas, y quitarse las medias para sentir los pies suaves, era necesario para que se sumergiera en un descenso impulsivo, una patafísica mas acá de lo físico, lo palpable y la buena ortografía. Sentía como los órganos se pudrían uno a uno y  como cada célula se autodestruía y se partía, se intentó parar, pero su mala suerte sólo lo amarró con raíces como telarañas, podría jurar que se trataba de un problema más real, pero en el momento que lo describió, sonó tan imaginario que el mismo nombre para hablar de tal cosa fue demasiado rebuscado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

‎6:20 y 9:20

Anónimo dijo...

Me gusta!!!

Y se inundó